viernes, diciembre 22, 2006

La aniquilación de las civilizaciones


Hoy me propongo abrir una entrada sobre la guerra de Irak. No voy a hablar de la ocupación militar, de masacres a civiles, de torturas sistemáticas ni del expolio de los recursos naturales. Existen muchas formas de aniquilar un pueblo y una de ellas pasa por la destrucción de su historia y su patrimonio cultural, una destrucción encaminada a borrar el legado histórico de los iraquíes del flujo cambiante de la historia. Pero los grandes señores de la guerra se olvidan de un pequeño detalle: la aniquilación de la historia iraquí es la destrucción de nuestra historia porque, le pese a quien le pese, la origen de la agricultura, del estado y de lo que tan retóricamente denominamos civilización surguió en algún lugar situado entre el Tigris y el Eúfrates.

En palabras de William R. Polk, fundador del Centro de Estudios Medio-Orientales en la Universidad de Chicago, “fue allí hace 7.000 años, en lo que los griegos llamaban Mesopotamia, donde comenzó la vida tal como la conocemos actualmente: allí la gente comenzó por primera vez a especular sobre filosofía y religión, desarrolló conceptos de comercio internacional, convirtió ideas de belleza en formas tangibles y, sobre todo, desarrolló la maestría de la escritura”. De hecho, no se asocia ningún otro sitio en la Biblia, con la excepción de Israel, con más historia que Babilonia, Shinar (Sumeria), y Mesopotamia – diferentes nombres para el territorio que los británicos comenzaron a llamar “Irak” poco antes de la Primera Guerra Mundial- hasta el punto de que la mayor parte de los primeros libros del Génesis transcurren en enclaves localizados en Irak, por ejemplo, Génesis 10:10 y 11:31; Daniel 1-4; y II Reyes 24.

No es la primera vez que en el transcurso de un conflicto bélico se procede a la destrucción del patrimonio cultural de un pueblo, de hecho, se podría afirmar que ésta es una actividad recurrente destinada a humillar aún más si cabe a lo vencidos. Pero en el caso iraquí el expolio y la aniquilación cultural han sido tan intenciados e innecesarios que constituye un caso excepcional. En la época de las guerras televisadas, de los misiles teledirigidos que teóricamente minimizan el número de víctimas, de los ataques selectivos y de los "daños colaterales", la aniquilación cultural de los vencidos sigue vigente.

El 10 de abril de 2003, en un discurso por televisión, el presidente Bush reconoció que el pueblo iraquí es “heredero de una gran civilización que contribuye a toda la humanidad”. Sólo dos días después, bajo los ojos complacientes del Ejército de EE.UU., los iraquíes comenzaron a perder ese patrimonio en un torbellino de saqueos e incendios que incluyeron el saqueo del Museo Nacional de Bagdad, el incendio de la Biblioteca y de los Archivos Nacionales así como de la Biblioteca de Coranes en el Ministerio de Fundaciones Religiosas. Unos desastres que fueron, según Paul Zimansky, arqueólogo de la Universidad de Boston, “el mayor desastre cultural de los últimos 500 años”. Aunque Eleanor Robson de All Souls College, Oxford, fue más allá al asegurar que "hay que retroceder siglos, a la invasión mongol de Bagdad en 1258, para hallar saqueos de esta dimensión”. Sin embargo, el Secretario de Estado norteamericano Donald Rumsfeld comparó el saqueo con las secuelas de un partido de fútbol y aseguró que “la libertad es desaliñada… La gente libre posee la libertad para hacer errores y cometer crímenes”.

Hasta abril de 2003, los alrededores del yacimiento de Ur, ciudad de más de 3.ooo años de antigüedad localizada cerca de Nasiriyah, continuaba siendo investigada por grupos internacionales de arqueólogos que se vieron obligados a abandonar el país pocos días antes de la guerra. Los militares estadounidenses eligieron el terreno inmediatamente adyacente al zigurat para construir su inmensa Base Aérea Tallil, con dos pistas de aterrizaje de 4.000 y 3.200 metros de largo respectivamente y cuatro campos satélites. Al hacerlo, los ingenieros militares movieron más de 9.500 cargas de camiones de tierra a fin de construir 32.500 metros cuadrados de hangares y otras instalaciones para aviones y aviones teledirigidos. Arruinaron completamente el área, el corazón literal de la civilización humana, para cualquier investigación arqueológica o turismo futuros. El 24 de octubre de 2003, según la Organización Global de Seguridad, el Ejército y la Fuerza Aérea construyeron su propio zigurat moderno: “Abrieron su segundo Burger King en Tallil. La nueva instalación co-ubicada con un Pizza Hut, asegura que haya otro restaurante Burger King para que más soldados de ambos sexos que sirven en Irak puedan, aunque sea por un momento, olvidar sus tareas en el desierto y obtener un hálito de ese perfume familiar que los devuelve a casa”.

El comportamiento estadounidense en otros sitios de Irak no fue mejor. En Babilonia, las fuerzas estadounidenses y polacas construyeron un depósito militar, a pesar de las objeciones de los arqueólogos. John Curtis, la autoridad sobre los numerosos sitios arqueológicos de Irak del Museo Británico, informó sobre una visita en diciembre de 2004 en la que vio “grietas y brechas donde alguien había tratado de escoplear los ladrillos decorados que formaban los famosos dragones de la Puerta Ishtar y un pavimento de 2.600 años de antigüedad apisonado por vehículos militares”. Otros observadores dicen que el polvo levantado por los helicópteros de EE.UU. había erosionado la frágil fachada de ladrillos del palacio de Nabudonosor II, rey de Babilonia de 605 a 562 aC. Por otra parte el arqueólogo Zainab Bahrani aseguró que "entre mayo y agosto de 2004, el muro del Templo de Nabu y el techo del Templo de Ninmah, ambos del siglo VI aC, se derrumbaron como resultado del movimiento de helicópteros. Cerca de allí, máquinas y vehículos pesados están aparcados sobre los restos de un teatro griego de la era de Alejandro de Macedonia (Alejandro Magno)”.

Los partidarios de la guerra de Irak han hablado interminablemente de su guerra global contra el terrorismo como de un “choque de civilizaciones”. Pero la civilización que estamos destruyendo en Irak forma parte de nuestro propio patrimonio y de la herencia del mundo. Antes de la invasión de Afganistán, se condenó a los talibán por dinamitar las monumentales estatuas budistas del siglo III DC en Bamiyan en el 2001. Eran dos estatuas gigantescas de destacado valor histórico y la barbarie involucrada en su destrucción fue proclamada en grandes titulares y comentarios horrorizados en todo el mundo. Hoy en día, los gobiernos que se autoproclaman aladiles de la libertad y la democracia dirigen crímenes mucho más graves cuando se trata de la destrucción de todo un universo de antigüedad, pero pocos parecen tenerlo en cuenta aunque puede que quede bien registrado en la memoria de otros.

lunes, diciembre 04, 2006

Tatanka Yotanka


"Es extraño que los hombres blancos se quejen por que nosotros matamos a los bisontes.
Lo hacemos para comer y vestirnos.
Para mantener nuestros hogares calientes.
Vuestros hijos matan por placer.
Nos llamais salvajes...
¿Y ellos que son...?"

Tatanka Yotanka (Toro Sentado). Jefe Sioux Hunkpapa.

viernes, octubre 06, 2006

Flores malsanas y paraísos artificiales.

Tras varios meses de viajes, descansos y conversaciones caninas vuelvo a insuflar algo de vida a este pequeño refugio de reflexiones antropológicas, históricas y artísticas. Hoy no voy a revivir ningún mito clásico, desempolvar románticas obras de arte ni cuestionar hallazgos arqueológicos.

Esta noche me apetece recordar un poema que leí hace muchos años atraída por la bohemia, los excesos, la sonrisa del hada verde, el ensueño del éter, el calor del opio y los paraísos artificiales que envolvieron la vida de su autor hasta llevarle a la muerte. Me refiero a Charles Baudelaire, sí, el poeta paranoico, suicida, arruinado, alcoholizado, sifilítico y finalmente parapléjico, que bajo su decrepitud superficial escondía uno de los mayores talentos literarios del XIX.

Baudelaire bucea en la belleza de lo aparentemente feo, en el simbolismo de la muerte, en la búsqueda de la verdad y en el romanticismo de lo decadente para ofrecernos poemas tan sugerentes como éste. Disfrutadlo hasta que el gusano os roa la piel.

REMORDIMIENTO PÓSTUMO.

Cuando duermas al fin, mi beldad tenebrosa,
dentro de un gran sepulcro, bajo mármoles negros,

cuando ya sólo tengas por alcoba y mansión
un lluvioso panteón y una fosa en la tierra;

cuando impida la piedra sobre el pecho medroso
y sobre esas caderas de una blanda indolencia,
el latir y el amar que hay en tu corazón,
y a tus pies que prosigan su azarosa carrera,

confidente la tumba de mi sueño infinito
-porque siempre la tumba va a a entender al poeta-

en las noches tan largas en que el sueño está ausente,


te dirá: "¿De qué te sirve, cortesana imperfecta,

el haber ignorado lo que lloran los muertos?"

Y el gusano roerá tu nostálgica piel.


Charles Baudelaire. Las flores del mal.

jueves, julio 13, 2006

Arte y Mitología

Tras varias entradas relacionadas con la demonología y la escatología en la Edad Media, hoy os propongo trasladaros a la antigüedad clásica para resolver una nueva adivinanza relacionada con el arte y la mitología. ¿Qué tema mitológico representa la imagen del margen superior izquierdo?

La escena muestra una sugerente escena rescatada de la mitología clásica gracias a la obra de un renombrado artista perteneciente a uno de los movimientos británicos más reaccionarios de la segunda mitad del siglo XIX. Dicho movimiento pictórico transformó profundamente la concepción inglesa del paisajismo durante la segunda mitad del siglo XIX al trasladar la realización de sus obras de los talleres a los entornos naturales en los cuales los autores lograron empaparse de la experiencia multisensorial de la naturaleza y plasmarla con grandes dosis de virtuosismo en sus obras. La realización de las obras en plena naturaleza, un medio de creación pictórica que recuperaría con posterioridad el movimiento impresionista, fue en última instancia una reacción contra la rigidez academicista que frenaba la creatividad de unos autores preocupados ante todo por la recuperación de los mitos clásicos y bíblicos y el romanticismo medieval.

El autor de esta obra pictórica, discípulo de un destacado autor que comparte su nombre con uno de los mayores autores de la literatura universal, se diferencia de otros autores del mismo movimiento en que carecía de los fuertes ideales sociales de éstos, si bien, rodeó a sus obras de un halo de profundo romanticismo que pretende representar un mundo de ensueño alejado de los avances negativos de la industrialización.

El mito clásico que ilustra este autor ha llegado a nosotros gracias a los escritos de un destacado autor clásico al que se le atribuyen numerosas amantes y que resaltó los detalles de sus romances en una serie de poemas que hablan de las diversas fases por las que pasaron sus relaciones con una de sus tres mujeres que posiblemente encarnaba la síntesis de varias amantes. Esta serie de poemas abrirían su carrera como escritor llegando a alcanzar con sus obras posterioriores un lugar de honor en la tradición clásica.

El protagonista del mito era tan experto en los oficios artísticos que llegó a competir en habilidad con un otro célebre artista mitológico que se salvó de una muerte segura dictada por un avaricioso y pretencioso monarca gracias a su ingencio y su habilidad artística. Sin embargo, la vida del protagonista de nuestro mito no se sentía saciado con el reconocimiento de su arte y dedicó todos sus esfuerzos a la búsqueda de una obsesión que a punto estuvo de llevarle a la locura sino hubiera intercedido en el momento preciso la voluntad de los dioses.

¿De qué episodio mitológico estamos hablando?

viernes, julio 07, 2006

La escatología en la Baja Edad Media

En esta nueva entrada me voy a centrar en la escatología, término derivado del griego "eschatos", que se refiere a un conjunto de creencias relativas al fin del mundo y de la existencia humana, uno de los grandes temas presente en todas las religiones y fuertemente arraigada en la memoria popular y la leyenda, donde forma un poso de pesimismo en el que se mezcla miedo, violencia y destrucción ligada a la literatura profética y apocalíptica.

Escritores apocalípticos como Enoc (Libro de los Jubileos), Baruc (Testamento de los Doce Patriarcas), Ezra y otros visionarios, profetas e iluminados, mediante la utilización de un lenguaje críptico y lleno de símbolos, difundieron antes que el evangelista Juan una idea de devastación final en la que los pecadores encontrarían la pena eterna. El concepto mesiánico lo incorporó Juan en el Apocalipsis ("revelación" en griego), obra fundamental de la que arrancan las señales que preceden a la batalla de Dios y Satán, la apertura del séptimo sello que derramará sobre la tierra desgracias y plagas de todo tipo, la fiera que surge del mar con diez cuernos y siete cabezas que representa al Anticristo, la resurrección universal de los muertos, el establecimiento del reino anunciado y el retorno de Dios a la tierra para vivir entre los hombres. A esto habría que añadir la influencia de la tradición semítica como el Libro de Daniel en el que ya encontramos el paradigma de lo que será la fantasía central de la doctrina escatológica: el mundo dominado por un poder maligno y tiránico con un poder de destrucción ilimitado cuya tiranía causará un sufrimiento insoportable entre sus víctimas hasta que suene la hora en que los siervos de Dios puedan levantarse para destruirlo.

La edad moderna vino precedida de una fuerte dimensión escatológica que hundía sus raíces en el medievo y que era conocida a través de una profusa literatura apocalíptica que, junto con la imaginería del arte medieval, mantuvo aterrorizada a la población que muy pronto vería plasmarse en la realidad todo un cúmulo de catástrofes y calamidades que atenazaron Europa en la baja edad media: la peste negra, el gran cisma de la iglesia, la Guerra de los Cien Años y la caída de Constantinopla fueron acontecimientos vividos como terrores apocalípticos e interpretados en la mentalidad colectiva como castigos inflingidos a los hombres por sus pecados y que culminarían con la llegada del Apocalipsis descrito por Juan.

La escatología cristiana gira fundamentalmente en torno a los conceptos de milenarismo, el fin del mundo, el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos. Véamos en esta entrada los dos primeros. La doctrina milenarista está basada en la creencia de un reino intermedio entre la Creación y el fin del mundo que se materializaría en la tierra bajo el reinado de Dios durante mil años, periodo en el que los hombres disfrutarían de su compañía en un estado de felicidad completa. La idea del advenimiento del Mesias procedente del Libro de las Revelaciones destilaba dosis de optimismo convirtiéndose en una utopía más, en la tradición de los mitos del eterno retorno a la edad dorada -en este caso simbolizada en el perdido Paraíso Terrenal- pero se tornó pesimista cuando los hombres de la iglesia hicieron excesivo hincapié en las desgracias y catástrofes detalladas por Juan que precederían al establecimiento de dicho reino.

En el medievo la iglesia cristiana quiso desterrar la doctrina milenarista y así lo intentó San Agustín en sus obras, pero a pesar de los intentos la tradición se mantuvo fuertemente arraigada en la religiosidad popular siendo particularmente interiorizada por los no privilegiados, los oprimidos y los movimientos de carácter herético. Las crisis religiosas del siglo XV encontraron un fermento de rebeldía y radicalidad que originó diversos movimientos, fundamentalmente en el sacro imperio germano, que pretendían preparar la inminente llegada de Cristo a la tierra. Por ejemplo, el movimiento anabaptista que intentó transformar la ciudad de Münster en la Nueva Jerusalén, o el levantamiento de Thomas Münzter y su Liga de los Elegidos que provocaron la guerra de los campesinos de 1525 como etapa preparatoria para la llegada de Cristo.

El fin del mundo es el tema principal de la escatología y está presente en todas las religiones, incluido el cristianismo. El Apocalipsis de San Juan muestra la destrucción del mundo, la resurrección de los muertos, el retorno de Dios a la tierra y la división del mundo entre salvados y condenados. Partiendo de un profundo pesimismo sobre el destino de los hombres, presuponía la idea de un Dios justiciero y riguroso que desplegaría su venganza sobre la humanidad pecadora con toda crudeza. Esta división entre salvados y condenados radicalizó las creencias religiosas y las supersticiones en la Edad Media provocando conductas irracionales que llevaron a miles de personas a ser condenadas por realizar supuestos pactos con el diablo y ser consideradas brujas y hechiceras.

En la próxima entrada analizaré los demás factores que integran la escatología tales como el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos.

lunes, junio 19, 2006

La demonología en el Medievo

Aunque ya mencioné algunos aspectos de la demonología vampírica en anteriores entradas, hoy me voy a centrar uno de los temas más fascinantes de la Edad Media: la demonología centrada en la creencia en el demonio como fuente de todos los males que no pueden ser explicados desde un punto de vista racional. ¿Cuando y cómo surge la demonología?, ¿Qué o quién es el demonio?, ¿Cual es su origen?

La sociedad de la Edad Media se caracterizaba por una fuerte sacralización de la vida cotidiana; cualquier actividad estaba mediatizada por la religiosidad, derivada de las normativas eclesiasticas, desde el tiempo de ocio hasta el nacimiento de un niño o la muerte de un individuo. Pero junto a esa constatación de que la divinidad estaba presente en cada momento de la vida diaria, encontramos también una creencia progresiva en el demonio, en su presencia constante junto a los hombres para hacerles caer en el pecado y arrastrales a la condenación eterna.

Esta creencia en el demonio se extiende por Europa a partir de los siglos XI y XII, pero será en el siglo XIV, a tenor de los profundos movimientos de reforma de la iglesia y en medio de las sangrientas guerras de religión, cuando se llegó al proceso de diabolización del mundo, cuando la demonología (afirmación de la existencia del demonio) se transformó en demonolatría (adoración del demonio). Será en los siglos XIV y XV cuando los tratados de demonología inunden Europa; las publicaciones en Alemania en la segunda mitad del siglo XVI superaron los 230.ooo ejemplares, y en Francia, en esa misma época aparecieron multitud de escritores que testimoniaban el inmenso poder del demonio, entre ellos ilustres personajes como J.Bodino y A.Paré.

Así pues, el demonio constituía una verdadera obsesión para los hombres y mujeres de la Edad Media y Moderna. El demonio era el punto de referencia al que se acudía para explicar todo aquello que carecía de una explicación racional, desde condiciones climatológicas adversas que causaban naufragios y destruían cosechas hasta el padecimiento de enfermedades y el nacimiento de niños con deformidades físicas. La imagen del demonio se asociaba a animales tales como machos cabríos, sapos, cerdos negros, lobos y gatos, y a figuras humanas de aspecto lúgubre y rasgos grotescos, unas imágenes alimentadas por las descripciones de predicadores y teólogos que alimentaron la imaginación popular y la inspiración de los artistas que dieron forma plástica a este imaginario. Pero, ¿qué o quién es el demonio?

En las sucesivas traducciones del Antiguo y Nuevo Testamento realizadas en el mundo antiguo, la transcripción de las palabras arameas al hebreo, al griego y después al latín sufrieron algunas variaciones. El supremo enemigo del Dios cristiano fue denominado primero con el término hebreo "Satán" y posteriormente con el término griego "diabolos", hasta que con el tiempo ambos vocablos acabaron equiparándose y se extendió el uso del término "diablo o demonio" para designar ya no sólo a Satán sino también a sus acólitos haciendo así referencia a cualquier ser causante de mal. Será esta denominación de "diablo o demonio" la que se utilize en el Concilio de Toledo (siglo V) para legalizar el concepto religioso de la personificación del mal.

Según la tradición cristiana, los demonios son seres espirituales creados por Dios que se rebelaron contra su creador a través del pecado, pero ¿qué pecado? Tradicionalmente se han barajado cuatro hipótesis para explicar el pecado de Satán: En primer lugar, según una teoría difundida en los primeros años del cristianismo en el texto apócrifo El libro de los vigilantes, se le atribuye un pecado sexual cometido con Lilith por el que se engendran monstruos y demonios. Una segunda versión, transmitida en otra obra apócrifa, La vida de Adán y Eva, implica un pecado de desobediencia que transformó a varios ángeles en demonios, siendo ésta la versión que después recogería el Corán. Una tercera hipótesis sostenida por padres de la iglesia como Hildebrando, Alberto Magno o Duns Scoto mantiene que Satán era el ángel más bello de la creación lo que le llevó a cometer un acto de orgullo frente a Dios. Por último, Tomás de Aquino mantiene la tesis del pecado de la soberbia según la cual el ángel que creyó ser igual a Dios cometió un pecado tan grande que Dios le castigó a él y a todos los demás ángeles que le habían creído convirtiéndolos en demonios.

Lo cierto es que sea cual fuera el pecado que cometió el ángel caído, algunos de los interrogantes que se formulaba el hombre medieval eran ¿cuántos demonios existen en el mundo?, ¿cuáles son sus poderes?, ¿dónde habitan?, ¿por qué dominan a los hombres bajo la forma de posesiones?, ¿qué papel juegan en los casos de brujería? A estos y otros interrogantes intentaré dar respuestas en siguientes entradas.

lunes, junio 12, 2006

Arte y Mitología

Después de seis semanas ausente vuelvo con energías renovadas para hablar sobre temas históricos, arqueológicos, mitológicos y artísticos que me despiertan especial interés. Tras varias entradas protagonizadas por Lilith, vampiros, empusas y demás seres nocturnos, hoy me apetece retaros con una evocadora adivinanza. ¿Qué tema mitológico recrea la imagen del margen superior izquierdo?

La escena nos muestra una onírica escena rescatada de la mitología clásica gracias al pincel de uno de grandes artistas del simbolismo europeo del siglo XIX. La crítica del momento elogió esta obra expuesta en el Salón de 1880 ensalzando "los toques mágicos del pincel de este visionario" y describió la cueva marina como "un antro iluminado por piedras preciosas, como un tabernáculo que contenía una inimitable y radiante joya: el cuerpo blanco, ligeramente rosado en los senos y en los labios, de la nereida ¿...? endormecida entre sus largos cabellos dorados e insensible al amor de ¿...?"

El mito clásico al que hace referencia este aclamado pintor ha llegado hasta nosotros gracias a la compilación mitológica de un autor latino que sufrió las suspicacias del sector más conservador de la sociedad romana y del propio emperador Augusto quien definió una de las conocidas obras de este autor, en la que nos enseñaba los goces y disfrutes de la seducción, como "inaceptable e inmoral".

A finales del siglo XVI un escritor español, que comparte su ilustre apellido con una bella orquídea, recuperó esta bella fábula para la poesía castellana rompiendo así la vertiente satírica y burlesca de gran parte de su obra. El protagonista masculino, que se hizo un hueco en la literatura universal gracias a la obra de un conocido poeta griego a quien las últimas investigaciones atribuyen la autoría de poemas tebanos sobre Edipo, padece un amor no correspondido que le llevó a cometer un cruel acto de venganza narrado así por el autor español del siglo XVI:

"Con violencia desgajó infinita
la mayor punta de la excelsa roca,

urna es mucha, pirámide no poca.
Con lágrimas la ninfa solicita
las deidades del mar que ... invoca:

concurren todas, y el peñasco duro
la sangre exprimió, cristal fue puro.

Sus miembros lastimosamente opresos

del escollo fatal fueron apenas,

que los pies de los árboles más gruesos

calzó el líquido aljófar de sus vena.

Corriente plata al fin sus blancos huesos,
lamiendo flores y argientando arenas,

a Doris llega, que con llanto pío,

yermo lo saludó, lo aclamó río"

¿De qué epiodio mitológico estamos hablando?

domingo, mayo 07, 2006

Vlad Tepes, Hijo de la Orden del Dracul.

Las fuentes documentales rumanas nos han permitido reconstruir con bastante fidelidad la historia de uno de los personajes más conocidos de la región de Transilvania, el voivoda Vlad Tepes, un oscuro noble perteneciente a la Orden del Dracul que inspiró el personaje de Drácula de la obra de Bram Stoker. La historia se remonta al año 1430 cuando el emperador del Imperio Germánico y rey de Hungría y Bohemia, Segismundo de Luxemburgo, designa como nuevo voivoda de la región de Valaquia a un noble rumano llamado Vlad (padre de Drácula), al cual armó caballero de la Orden del Dragón (Dracul) fundada en 1418 para luchar contra el empuje de los ejércitos turcos que amenezaban el este europeo. Durante su etapa como voivoda Vlad tuvo cuatro hijos a cada uno de los cuales el destino les deparó un final muy diferente: Mircea, Vlad Tepes, Radu el hermoso y Vlad el monje.

La historia medieval de Transilvania estuvo marcada por su posición geoestratégica que la situaba como el lugar de paso obligatorio entre el oriente musulmán y el occidente cristiano. Los continuos enfrentamientos entre ambos mundos y el imparable avance de los ejércitos del sultán convirtieron la región de Transilvania en una zona de combate en la que los voivodas tuvieron que lidiar con ambos frentes para mantener sus dominios. Unas veces, respetaban sus juramentos como cristianos mientras que, muchas otras, pactaban el pago de tributos a los turcos para impedir que sus territorios nobiliarios fueran arrasados. Es así como, al parecer, Vlad padre fue convocado en 1440 a una reunión con el sultán Murad II. El voivoda viajaba con sus hijos Vlad Tepes y Radu al encuentro con el sultán pero, al llegar al lugar del encuentro, los nobles valacos fueron hechos prisioneros por los ejércitos turcos y trasladados a la corte del sultán en Constantinopla para ser utilizados como rehenes en las negociaciones políticas con los reinos cristianos. En su cautiverio Vlad Tepes aprendió la lengua turca y los vicios de la política.

Vlad padre finalmente fue asesinado por familias valacas rivales tiempo después de su cautiverio en Constantinopla, y Vlad Tepes se convirtió en el nuevo voivoda de Valaquia entre 1448 y 1476. La región de Valaquia se convirtió en el escenario de las sangrientas acciones de Drácula (la "a" final indicaba "hijo de", es decir, "el hijo del dragón"). En la frontera norte del país erigió su famoso castillo y sobre un río tributario del Danubio, el Dambovita, levantó una segunda fortaleza que en 1659 se convirtió en la ciudad de Bucarest, la capital de la moderna Rumanía. Muy cerca de este lugar, Drácula fue asesinado y decapitado por los turcos quienes trasladaron y exhibieron la cabeza del voivoda en la plaza principal de Constantinopla, a pesar de que su cuerpo fue sepultado en el monasterio de la isla de Snagob, cercana a Bucarest. La vida de Drácula se nos presenta azarosa y sanguinaria ya desde los tiempos de su cautiverio en Constantinopla.

Las fuentes históricas otomanas ya nos hablan de un Drácula extremadamente agresivo durante su cautiverio en Constantinopla hasta el punto de ser temido por los propios carceleros turcos, una actitud muy diferente a la mostrada por su hermano Radu quien se mostró muy interesado en los asuntos del sultán llegando incluso a formar parte de su harén. Algunos escritos anónimos de origen germano fechados en el siglo XVII nos muestran un aterrador perfil de Drácula:

"Un monstruo y fiero guerrero llamado Drácula cometió actos tan reñidos con el cristianismo como matar hombres colocándolos en estacas, cortándolos en rebanadas, hirviendo a madres y niños vivos y obligando a los hombres a cometer actos de canibalismo."

"Una vez hizo fabricar una olla enorme con dos manijas y sobre ella un aparato realizado con tablones agujereados, de tal modo que un hombre pudiera atravesarlos con su cabeza. Luego hizo que se encendiera un gran fuego bajo la olla e hizo echar agua en ella e hirvió a los hombres de esta manera."

De las fuentes históricas deducimos que su inclinación a la tortura le llevó a desarrollar métodos extraordinariamente crueles como el empalamamiento. Se ataba al prisionero a dos caballos y se tensaban las cuerdas para que el cuerpo quedara completamente estirado, después se le introducía una estaca redondeada y aceitada por el recto que le atravesaba el vientre y el abdomen. La finalidad del empalamiento era el sufrimiento y la agonía del prisionero, aunque si el empalamiento comenzaba por el ombligo o a la altura del corazón la muerte era instantánea. Vlad Drácula no se dejó conmover por las edades, sexo o religión de los prisioneros llegando a empalar a madres y lactantes, incluso algunas fuentes señalan que empaló a madres con las cabezas decapitadas de sus hijos sobre los pechos. Otra de sus aficiones consistía en la mutilación de las víctimas antes de empalarlas. Cortaba orejas, narices, órganos sexuales y extremidades que obligaba a devorar a los propios parientes de los ajusticiados antes de presenciar su empalamiento. Sus crueldades alcanzaban extremos inimaginables, algunos textos nos hablan de cómo despellejada las plantas de los pies de sus cautivos, les echaba sal y dejaba que alguno de sus animales lamiera las heridas indefinidamente.

El gusto por la tortura alcanzó incluso sus deseos sexuales. En varios escritos leemos cómo ombligó a un soldado a comerle los pechos a su esposa, o cómo él mismo castigó a una de sus amantes que reclamaba el reconocimiento de un hijo abriéndole el vientre para ver si, efectivamente, lo podía reconocer. Son muchas las anécdotas que nos muestra a un Drácula extremadamente cruel ya en su etapa de cautiverio en Constantinopla donde se dijo había que empalado a cuantos animales caminaran por su las celdas como gatos o ratas.

Pero, ¿por qué Vlad Tepes, hijo de la Orden del Dracul, fue elegido por Bram Stoker para protagonizar una novela de vampiros? Como hemos visto en anteriores entradas, Vlad Tepes no fue el único personaje histórico que mostró una afición desmesurada por la sangre (recordemos las sangrientas aficiones de la condesa de Bathory). Sin embargo Bram Stoker envolvió la crueldad de Vlad Tepes con las cualidades nocturnas y sobrenaturales que hemos visto en seres mitológicos como las arpías, estriges, empusas y la propia Lilith para crear el arquetipo del Nosferatu, del no muerto que siembra la noche de temores e inmortalidad. Pero ¿qué encierra el personaje literario de Drácula? De esta y otras cuestiones hablaré en posteriores entradas.

lunes, abril 24, 2006

La Condesa de Bathory

En la mentalidad de la Edad Media el mundo conocido estaba habitado por seres corpóreos, tangibles y susceptibles de conocimiento, mientras que el mundo desconocido estaba lleno de seres de naturaleza inexplicable. Lo real y lo fantástico se confundían en la conciencia colectiva a través de la iconografía teratológica de los lugares sagrados (gárgolas en las fachadas de las iglesias y seres diabólicos en los capiteles) que reafirmaba la existencia de seres monstruosos causantes de todos los fenómenos inexplicables desde un punto de vista racional. Entre los seres fantásticos que inundaban la mentalidad colectiva en la Europa de finales de la Edad Media destacan especialmente las relativas a los vampiros, licántropos y seres demoníacos. ¿Cual es la imaginería vampírica de la Edad Media?

Ya hemos visto en anteriores entradas que las primeras referencias a seres lascivos que se alimentan de sangre humana surgen en la tradición clásica de la mano de las arpías, estriges y empusas, sin embargo, será a finales de la Edad Media cuando estos mitos ocupen un lugar central en la conciencia colectiva bajo la denominación de "vampiros". Las leyendas vampíricas, especialmente arraigadas en Europa Oriental, concebían a los vampiros como seres no muertos que se alimentaban de la sangre de los vivos para permanecer en un estado de inmortalidad hasta el fin de los tiempos. La iconografía vampírica medieval perfilaba a los vampiros como seres de aspecto monstruoso, repulsivo y de aliento fétido, hasta que la literatura de las últimas décadas del siglo XVIII comienza a envolver la figura del vampiro de un halo de romanticismo decadendente que ve en su naturaleza un compendio de erotismo y voluptuosidad.

El relato gótico Wake not the Dead de Johann Ludwick Tieck publicado en el año 1800 recuperó la figura del vampiro de las oscuras leyendas medievales y sentó las bases de la nueva imagen del vampiro taciturno y seductor que popularizaron unos años más tarde Polidori en el relato El Vampiro (1816), James Rymer en Varney el Vampiro (1845) y sobre todo Sheridan Le Fanu quien, deprimido tras la prematura muerte de su esposa, publica en 1855 la magnífica obra Camilla, mostrándonos por primera vez la figura de la mujer vampira, sensual y evocadora, rompiendo la imagen antropomórfica de las arpías, estriges y empusas para acercarnos a la figura de Lilith. Cuando Bram Stoker publica Drácula (1888) la presencia del vampiro moderno ya es una constante en la novela gótica.

¿Cual es el primer referente histórico de las leyendas vampíricas? Las fuentes históricas nos hablan de la existencia de una familia noble que logró controlar amplios dominios señoriales en una región central de Transilvania, la familia Bathory, uno de cuyos antepasados había combatido contra los turcos junto al voivoda Vlad Tépes (figura histórica que inspiró el personaje de Drácula de la novela de Bram Stoker). En el siglo XVII una de las mujeres del linaje, Erzsébet Bathory, sumió en el terror a los campesinos de los territorios transilvanos debido a su gusto desmesurado por la sangre de las jóvenes doncellas hasta el punto de ser conocida por el sobrenombre de "La Condesa Sangrienta".

Las fuentes históricas nos muestran a Erzsébet Bathory como una mujer tan obsesionada con su imagen pública que no dudaba en cambiar de peinado y ropajes hasta seis veces al día y pasar largas horas frente al espejo en busca de los primeros signos de vejez. Tras la muerte de su marido, Ferencz Nadasdy, Erzsébet descubrió el supuesto poder rejuvenecedor de la sangre de la manera que sigue. Una de sus doncellas estaba peinándole el cabello cuando le tiró sin querer un pequeño mechón provocando un gran enojo en la condesa quien reaccionó abofeteando a la sirvienta con tanta fuerza que le ocasionó una leve hemorragia nasal. La sangre brotó y fue a dar en alguna parte de la piel de la condesa, quien creyó notar un mejoramiento asombroso del cutis allí donde se había posado la gota de sangre. A partir de aquel momento dedicó gran parte de su vida a su pasatiempo favorito: tomar baños de sangre para evitar el envejecimiento de la piel.

Con la ayuda de un herrero bien pagado y amedrentado, la condesa forjó en secreto la herramienta necesaria para tal afición: una jaula cilíndrica de láminas de hierro sujetas por aros y cuyo interior estaba provisto de pinchos acerados. Llegada la ocasión y siempre de noche, comenzaba el sangriento pasatiempo de la condesa. La asistente Dorkó hacía descender por la escalera del sótano a una joven doncella completamente desnuda a la que arrastraba de la pesada cabellera y la introducía en la jaula que inmediatamente era elevada hasta el techo abovedado con ayuda de una polea. En ese instante aparecía la condesa Erzsébet que, vestida de lino blanco, se introducía en una pequeña tina situada bajo la jaula. Tomando un atizador , Dorkó comenzaba a golpear a la prisionera quien, en sus movimientos de retroceso, caía violentamente contra los pinchos que rodeaban el interior de la jaula haciendo manar su sangre hacia la tina de la condesa. Cuando la joven se desangraba hasta la muerte, la sirvienta Kateline lavaba el sótano de los restos de sangre y la condesa recogía con la mano los pliegues ensangrentados de su vestido, ordenaba que le alumbraran el camino y volvía a su habitación.

Pero el tiempo pasaba y la condesa envejecía. Pensando que la causa de su envejecimiento se debía al origen plebeyo de sus víctimas, Erzsébet comenzó a invitar al castillo a las hijas de la baja nobleza pero en esa decisión encontró los límites del sistema feudal. El propio rey de Hungría, Matías Habsburgo, ordenó detener las extravagancias de la condesa e instruirle un juicio al que Erzsébet se negó a asistir amparándose en sus prerrogativas nobiliarias. Sus sirvientas fueron torturadas y quemadas. La condesa fue condenada a habitar en una habitación tapiada de su castillo en la que el único contacto con el exterior era un pequeño orificio por el que se le pasaba alimento. La Condesa Sangrienta murió en 1614.

A pesar de la relevancia que alcanzó Erzsébet Bathory en el siglo XVII, el personaje que más ha calado en las leyendas vampíricas es Vlad Tépes, el mítico Drácula de Bram Stoker, del que hablaré en posteriores entradas.

lunes, abril 17, 2006

Lilith y la demonología vampírica.

La evolución iconográfica de Lilith desde los relieves sumerios hasta los escritos bíblicos se caracteriza por la adquisición sucesiva de características lascivas, nocturnas y sangrientas, que culminan con la imagen de la Lilith hebrea convertida en un ser demoníaco que se alimenta de la sangre de los recién nacidos. La atracción de Lilith por la sangre acabó convirtiéndose en su rasgo definitorio, y la imaginería vampírica de la Edad Media asimiló a la diosa sumeria con los seres vampíricos hasta el punto de ser considerada la primera mujer vampira. ¿Cual es el origen mitológico de los vampiros y que relación mantienen con Lilith?
Las primeras referencias a mujeres lascivas que se alimentan de sangre humana aparecen en la tradición clásica. Emparentadas con las arpías, mujeres con cuerpo de ave y garras afiladas que raptan a recién nacidos, de las que nos hablan entre otros Homero, Petronio y Apuleyo, hallamos a las estriges. Tanto Ovidio (Fastos 6, 131-138) como Petronio (El satiricón, 63-64) nos describen a las estriges, fruto de la unión de hombres y arpías, como mujeres aladas con garras de rapaces que se alimentan de la carne y la sangre de los recién nacidos. Aunque la iconografía de las estriges es muy diferente a la imagen de Lilith y de la Lamia griega, de la que ya hemos hablado en anteriores entradas, todas ellas comparten su caracter lascivo y devorador de recién nacidos.
Ahora bien, de estos seres sangrientos, cabe destacar particularmente la figura de la Empusa, un demonio femenino asociado a la diosa Hécate (diosa griega del alma de los muertos), que se alimentaba de la sangre de los hombres tras haberlos seducido bajo una apariencia de hetera o bella doncella. Al parecer, esta leyenda de la Empusa fue llevada a Grecia desde Palestina, donde se la consideraba hija de la Lilith hebraica con la que comparte numerosas similitudes. Uno de los primeros autores en aludir a la Empusa es Aristófanes, quien en su obra Las ranas, la presenta como una fiera con el rostro en llamas que adopta múltiples formas, entre ellas la de una bella mujer que logra seducir a los hombres y alimentarse de su sangre. Aunque será Flavio Filóstrato quien, en Vida de Apolonio, nos ofrece la imagen más detallada de la Empusa:
"Una vez que pasaron el Caúcaso, afirman que vieron hombres de cuatro codos que eran ya negros, y otros de cinco codos, cuando pasaron el río Indo. En el camino hasta este río encontraron digno de referencia lo siguiente: caminaban bajo una luna brillante y se les presentó la aparición de una empusa, que se vuelve ya una cosa, ya otra, y que desaparece. Apolonio advirtió lo que era, así que se puso a insultar a la empusa él mismo y encargó a los que iban con él que hicieran lo mismo, pues este es el remedio contra tal irrupción. La aparición se dio a la fuga chillando como los fantasmas."
De la mano de este autor conocemos también a la Empusa de Corinto, que sin duda será una influencia decisiva en la configuración posterior de los vampiros como ya ha señalado la autora Pilar Pedraza en varias ocasiones. En este sentido, Filóstrato refiere (libro 4.25) cómo Apolonio vence a dicha aparición. De ella se nos dice que es fenicia, vive en un arrabal de Corinto y que ha seducido al joven filósofo Menipo de Licia con quien pretende casarse. Al banquete de boda asiste, entre otros invitados, Apolonio, quien revela que la “buena novia es una de las empusas”, y al desenmascararla logra que todo se desvanezca en un instante:
"Cuando las copas de oro y lo que parecía plata demostraron ser cosas vanas y volaron todas de sus ojos, y los escanciadores, cocineros y toda la servidumbre de esta jaez se esfumaron al ser refutados por Apolonio, la aparición pareció echarse a llorar y pedía que no se la torturara ni se la forzara a reconocer lo que era. Al insistir Apolonio y no dejarla escapar, reconoció que era una empusa y que cebaba de placeres a Menipo con vistas a devorar su cuerpo, pues acostumbraba a comer cuerpos hermosos y jóvenes porque la sangre de éstos era pura."
La mayor parte de los rasgos que presentan las arpías, estriges y empusas son heredadas del mito hebraico de Lilith que la concibe como un ser nocturno, lascivo y devorador de niños ante la maldición divina que la condena a ver morir cientos de sus hijos cada día. La mayoría de los historiadores y antropólogos coinciden en señalar que tanto los seres anteriormente mencionados como los vampiros que caracterizan gran parte de la demonología de la Edad Media tienen su origen en el mito de Lilith. Incluso la concepción medieval de la estirpe cainita que concibe a Caín y sus descendientes como el primer clan vampírico al descender de Lilith tiene su origen en la iconografía hebrea de Lilith. De la imaginería vampírica de la Edad Media, de los aspectos históricos del vampirismo y de la figura de Vlad Tepes (vaivoda de Valaquia que inspiró el personaje de Drácula de la novela de Bram Stoker) hablaré en posteriores entradas.

viernes, abril 07, 2006

El Evangelio de Judas Iscariote

La National Geografic Society y el Instituto Waitt de Descubrimientos Históricos de California nos han sorprendido con un hallazgo arqueológico que, a la espera de nuevos datos, algunos historiadores se han apresurado a comparar en importancia con los manuscritos del Mar Muerto y de Nag Hammadi.

Aunque el manuscrito se ha hecho público esta semana, su hallazgo se remonta a mediados de la década de los 70 cuando unos campesinos egipcios lo encontraron casualmente en una tumba de piedra caliza en Al-Minya, a orillas del Nilo. El papiro fue sacado ilegalmente de Egipto y permaneció durante casi dos décadas guardado en un banco de Long Island, en Nueva York, sin que nadie reconociera la importancia del hallazgo que aún no había sido sometido a pruebas de datación. Pero en el año 2002 lo compró la fundación suiza Maecenas Foundation for Ancient Art, que financió la restauración del papiro y llegó a un acuerdo con la National Geografic Society y el Instituto Waitt de Descubrimientos Históricos de California.

Los análisis de Carbono-14 datan el manuscrito en torno al año 300 y, aunque está escrito en copto, la antigua lengua de los cristianos egipcios, los historiadores consideran que es una traducción de un texto griego del año 187. El Tratado Contra la herejía del obispo Irineo de Lyon publicado en el año 180 ya mencionaba la existencia de un evangelio de Judas Iscariote que narraba, en palabras de Irieno de Lyon, "el relato secreto de la revelación que Jesús hizo en conversaciones con Judas Iscariote una semana antes de que celebrasen la Pascua".

El manuscrito contiene 26 páginas de las que únicamente han trascendido pequeños fragmentos que muestran a un Judas muy alejado de la imagen de "traidor" que proporcionan los textos bíblicos. Algunos de los fragmentos filtrados son los siguientes:
"Tú serás el apóstol maldito por todos los demás. Tú, Judas, ofrecerás el sacrificio de este cuerpo de hombre del que estoy revestido(...) Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos".
"Y le dijeron: 'Aunque en este lugar no hagas el bien, eres un auténtico discípulo de Jesús'. Y él les dijo lo que querían oír. Y lo entregó. Este es el fin del Evangelio de Judas".
No es la primera vez que se ha lanzado la hipótesis de que Judas actuó por indicación de su maestro al venderlo con un beso, ya que los evangelios apócrifos apuntan en esta dirección. Sin embargo, se trata del primer documento antiguo que defiende esta visión. ¿Es plausible lo que dice? Craig Evans, profesor de Nuevo Testamento de Acadia Divinity College de Canadá, recuerda que en el Nuevo Testamento, Jesús solicita peticiones a dos de sus discípulos en dos ocasiones, y se pregunta si su entrega a las autoridades judías por parte de Judas no sería una tercera. "Es posible que la petición de Jesús a Judas Iscariote fuera desconocida por los demás apóstoles". Además, como señala Elaine Pagels, profesora de la Universidad de Princeton de EE.UU, "los cuatro Evangelios aceptados por el canon cristiano relatan los actos públicos de Jesús, pero no conversaciones privadas".

Quién lo escribió es otro misterio. En ningún lugar se dice que fuera Judas, pero eso no debería hacer dudar de su veracidad, pues la autoría de los Evangelios del Nuevo Testamento tampoco está asegurada. "La mayoría de los textos son escritos en nombre de los discípulos, pero es muy poco probable que ellos fueran los autores pues se escribieron entre unos 50 y 80 años después de la muerte de Jesús", como afirma Marvin Meyer, profesor de la Universidad Chapman de California.

En cualquier caso, la publicación integra del manuscrito y las conclusiones de su estudio en las próximas semanas arrojarán más luz sobre el hallazgo.

lunes, abril 03, 2006

A la sombra de Eva


Qué papel juega Lilith en las Sagradas Escrituras cristianas? El Antiguo Testamento menciona a Lilith sólo en una ocasión, sin embargo, las contradicciones del génesis bíblico, la aparición de Eva y la caída de Caín nos permiten identificar la influencia de Lilith en numerosos versículos bíblicos.
El siguiente pasaje bíblico es el único que menciona explícitamente a Lilith. El versículo Isaías 34,14 narra la destrucción de la ciudad de Edom hasta quedar reducida a escombros y convertirse en un lugar de oscuridad donde"gatos salvajes y hienas se darán cita, y los sátiros se reunirán; y también allí se tumbará Lilith y encontrará su lugar de reposo." Las notas a pie de página evitan toda referencia a Lilith como primera esposa de Adán, pero nos muestran la iconografía clásica de la Lilith primigenia que hemos analizado en comentarios anteriores al señalar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, lascivo y nocturno".

Algunos de los escritos bíblicos que nos permiten intuir la presencia oculta de Lilith son los relativos al Génesis donde se aprecia una notable contradicción. El pasaje Génesis 1,27 señala: "Y Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Y Dios los bendijo diciendo, sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla". De este pasaje se desprende que la creación del hombre y la mujer se hizo a imagen y semejanza de Dios, siendo ambos iguales al ser creados al mismo tiempo. Sin embargo, el pasaje Génesis 2,21 narra: "Entonces Yavhé Dios hizo caer sobre el hombre un sueño letárgico, y mientras dormía tomó una de sus costillas, reponiendo carne en su lugar; seguidamente, de la costilla tomada formó Yavhé Dios a la mujer y se la presentó al hombre, quien exclamó, ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne, ésta será llamada varona, porque del varón ha sido tomada". Especialmente reveladora es la frase de Adán "ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne". ¿Existió otra mujer anterior que no era hueso de sus huesos y que fue creada de la tierra y el polvo?

Otro pasaje que puede ilustrar la influencia de Lilith en los escritos bíblicos es el referido a la caída del Edén. El Génesis 3,1 señala: "La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que hiciera Yavhé Dios". En muchas tradiciones clásicas como las sumerias o las asirias la serpiente era objeto de culto como diosa de la fecundidad, aunque la posterior iconografía hebrea estableciera una correlación entre los ofidios y Lilith como símbolo de la decadencia y la expulsión del Edén. Las escrituras bíblicas retoman la iconografía hebrea de Lilith y la presentan en el jardín del Edén como una mujer mitad humana mitad serpiente enrroscada en el Árbol del Bien y del Mal tentando a Eva, la nueva mujer de Adán. Tal vez la iconografía más conocida sea la que ilustra la Capilla Sixtina del Vaticano y que reproduzco en el margen superior izquierdo.

En este punto, es llamativo resaltar que el Talmud hebreo señala a Samael, el ángel que se rebeló contra Yavhé y cayó derrotado al abismo, como esposo de Lilith. Ambos concibieron, durante su estancia el Mar Rojo, tres hijos o lilims -seres medio humanos, medio demoníacos-. De este modo, si tomamos como punto de partida la tradición hebrea, la caída del Edén no sería sino un esfuerzo conjunto entre Lilith y Samael (Lucifer en la tradición cristiana) quienes actuaban como cuerpo y voz de la serpiente respectivamente. Pero, ¿qué motivos llevan a ambos a desear la caída edénica? Lilith esperó la llegada de Eva para vengar la maldición divina que la condenaba a ver morir a cientos de sus hijos cada día, mientras que Samael deseaba humillar la obra de Yavhé desde su expulsión al Abismo. Pero la venganza de Lilith se entiende mejor si analizamos la figura de Caín.

Algunos autores como Robert Graves vinculan la figura de Caín con la sangre, el sacrificio, la inmortalidad y la presencia de Lilith y Samael. Tras la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, la mujer engendró un varón como narra el pasaje Génesis 4,1: "La mujer concibió y parió a Caín diciendo, he tenido un hombre gracias a Yahvé". Graves señala la importancia de que Caín, el primer homicida en palabras bíblicas, naciera tras la aceptación del fruto prohibido por parte de Eva, y sugiere que su nacimiento respondería a la venganza de Lilith para que Eva viera morir a uno de sus hijos, Abel, tal y como ella veía morir a sus hijos día tras día. Graves incluso va más allá al asegurar que Caín seríafruto de Eva y Samael, y no de Adán, ya que el pasaje Génesis 5,1 enumera la lista de los descendiente de Adán pero presciende de Caín y su estirpe cainita.

De todas formas, uno de los mayores enigmas de la historia de Caín sea, ¿por qué Yahvé maldijo a Adán y a Eva quitándoles la inmortalidad y a Caín defendiéndolo de la muerte?. Tras el asesinato de Abel, el pasaje Génesis 4,12 narra: "Caín andarás errante y vagabundo sobre la tierra ... y si alguien matara a Caín, será éste vengado siete veces". Sólo tras el nacimiento de su primogénito Henoc, Yavhé permitió a Caín descansar de su vida de vagabundo errante y construir una ciudad llamada Henoc donde se crió la estirpe cainita. Pero ésta es otra historia...

lunes, marzo 27, 2006

La Lilith hebraica.


La figura de Lilith fue adoptada y transformada por los judíos durante su cautiverio en Babilonia, hasta el punto de situar a Lilith como la primera mujer de Adán, tal y como señalan los escritos hebreos de Ben Sirah (midrash del siglo X) al afirmar: "Yahweh creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, de la tierra y el polvo".
Una afirmación similar que parece indicar que Adán y Lilith fueron creados del barro se desprende de la propia Torah hebrea: "Mujer y Hombre, Él los creó."
Ambos fragmentos, procedentes de escritos sagrados hebreos, muestran una Lilith creada a imagen y semejanza de Yahweh y dotada de las mismas capacidades que Adán, pero ¿qué ocurrió para que Lilith fuera reemplazada por Eva como señalan los escritos hebreos y omiten los textos bíblicos? Los evangelios apócrifos y los escritos del Yalqut Reubeni nos dan la clave: "Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de ti? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual. Fuimos hechos iguales y debemos hacerlo iguales."
Las diferencias con Adán y la negativa de éste de situarse bajo Lilith durante sus relaciones sexuales, desató la huída de Lilith del Paraíso de la manera que sigue. Lilith invocó el nombre sagrado de Yahweh quien, dotándole de alas, le permitió huir volando del Paraíso y alejarse definitivamente de Adán. Pero, ¿cómo logró Lilith conocer el nombre sagrado de Yahweh, cuando ni siquiera fue le revelado a Moisés ante quien Yahweh se presentó como: "Yo soy el que soy. He aquí lo que dirás a los hijos de Israel: El que es me ha enviado a vosotros"? Algunos autores como Robert Graves señalan que Yahweh fue seducido por la belleza y el poder seductor de Lilith, aunque los escritos hebreos no hacen ninguna mención a este respecto.
La soledad incita a Adán a solicitar la ayuda de Yahweh: "Señor del Mundo, he sido abandonado por la que pusiste para ayudarme." Condolido por el desamparo de Adán, Yahweh envía a los arcángeles Senoy, Sansenoy y Samangelof a la búsqueda de Lilith. Pero Lilith, instalada en el Mar Rojo, donde convivía con demonios lascivos habiendo llegado a procrear cientos de lilims -hijos mitad humanos, mitad demonios- se negó a regresar al Jardín del Edén, afirmando: "Prefiero arrojarme yo misma al Mar Rojo antes que volver al Paraíso y someterme a Adán". Los arcángeles, confundidos, responden con las órdenes de Yahweh: "Si no regresas con Adán cien de tus hijos morirán cada día". Ella respondió de la misma manera: "Mataré a los hijos de los hombres, los niños estarán bajo el peligro de mi ira por ocho días tras su nacimiento y las niñas por veinte". Los arcángeles dejaron de presionarla y Lilith juró que no dañaría a ningún infante que llevase consigo la imagen o los nombres de estos tres ángeles. De aquí parece surgir el origen de los amuletos que colocaban los judíos en el cuello de los recién nacidos.
Algunas de las caracteríticas de la Lilith hebrea ya las hemos visto en los perfiles sumerios, asirios y fundamentalmente griegos, donde ya aparece como un ser nocturno y lascivo que se alimenta de la sangre de los recién nacidos, sin embargo, la evolución de Lilith continua en los escritos bíblicos. Las contradicciones del Génesis bíblico, la aparicion de Eva y las menciones a Lilith en el Antiguo Testamento serán analizadas en la siguiente entrada de La Estirpe de Lilith.

miércoles, marzo 22, 2006

Lilith y la Lamia griega.


¿Cómo se produce la transformación iconográfica de la Lilith sumeria a la Lilith hebrea y cristiana concebida como un ser demoníaco? Las influencias asirias durante la segunda mitad del II milenio a.C. ya alteraron la iconografía de la Lilith sumeria, obviando su vinculación con los ritos sexuales asociados al culto a la diosa Ishtar. Durante los últimos decenios de dominación asiria se puso fin a los ritos sexuales celebrados en el templo, eliminando así el sacerdocio femenino e imponiendo una religión marcada por la fuerte presencia de dioses masculinos que simbolizaban y reforzaban la imagen de un poder político centralizado exclusivamente en hombres de estirpe real.
El afianziamiento de un sacerdocio únicamente masculino y el declive del culto a la diosa Ishtar despojó a Lilith de su aureola semidivina, y pasó a ser representada como una figura demoníaca a la que se atribuían la muerte prematura de los bebés recién nacidos y los abortos naturales. Lilith deja der ser la imagen de la fertilidad para estar vinculada a la esterilidad y las muertes de los neonatos, una iconografía que recuperará el Talmud hebreo y los escritos bíblicos.
Pero antes de abordar la concepción que hebreos y cristianos mantenían de Lilith, debemos analizar brevemente la imagen que de ella adoptan los griegos. El aspecto negativo que los asirios impusieron a Lilith ya está plenamente asentado entre los griegos quienes la identifican con Lamia (derivación del nombre sumerio Lamastu), un ser malicioso y equiparable a las estriges y las empusas, todos ellos demonios femeninos. En la leyenda, Lamia era hija de Poseidón y de Sibilia reina de Libia. Lamia se había atraído con su belleza el interés del dios Zeus con quien engendró varios hijos, hasta que Hera, esposa de Zeus, lo descubrió y tomó venganza obligándola a devorar a sus propios vástagos y ser condenada a no poder cerrar sus ojos de tal forma que siempre estuviera obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Pero Lamia, en vez de acudir a Zeus y pedir su protección huyó, y éste terminó por renegar de ella aunque le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar.
Lamia no había pasado la prueba que la voluntad de los dioses habían dispuesto y, presa del dolor, fue transformándose en un ser nocturno dotado de extremidades marinas, posiblemente debido al caracter acuoso heredado de su padre Poseidón, dios del mar. Lamia, sintiendo envidia de otras madres, devoraba a los hijos de éstas para alimentarse de su sangre y maldecir la vida a la que había sido condenada.
La iconografía griega solía representar a Lamia como una mujer con extremidades de serpiente marina y pechos y rostro de mujer. Esta representación, que se acerca más a la iconografía hebrea y cristiana de Lilith que a la imagen sumeria que comenté en la entrada anterior, evolucionará hasta mostrarnos una Eva primigenia que determinará la Génesis bíblica y las bases del Talmud hebreo.

viernes, marzo 17, 2006

Lilith, la diosa del viento


Las primeras referencias a Lilith aparecen en tablillas sumerias, fechadas en torno al III milenio a.C., bajo la denominación de Lilitu o Lamatsu y rodeadas de una iconografía extraordinariamente alejada de la proporcionada por el Talmud hebreo y las escasas referencias bíblicas. Entonces, ¿qué rol desempeñaba Lilitu en la mitología sumeria?
Según narran las inscripciones mitológicas sumerias, los dioses y semidioses emergieron de un océano infinito que simbolizaba el caos primigenio dador de la vida. En aquellos tiempos remotos, Lilith simbolizaba la parte femenina de uno de los Agbal o semidioses hermafroditas que manaron del Abismo para servir a los primeros dioses de las profundidades. Lilith se erige como un "espíritu del viento nocturno" (traducción sumeria de Lilitu o Lamatsu) cuya misión primordial era custodiar las puertas que separaban el plano físico del espiritual, actuando, por tanto, como un guía hacia la sabiduría de la inmortalidad. Y es debido a su caracter guiador que aparece representada portando los anillos de Shem, los símbolos más antiguos que demuestran que un individuo ha cruzado hacia la inmortalidad y alcanzado la sabiduría del Árbol del Conocimiento.
La iconografía sumeria de Lilith representa a una joven doncella alada que atrae a los hombres al templo de Ishtar para celebrar ritos sexuales con las sacerdotisas vírgenes de la diosa para alcanzar una transformación espiritual y regenerar el cuerpo físico prolongando así la vida mortal. De esta forma, Lilith como "mano de Ishtar" hace partícipes a los hombres de los misterios rituales del templo en los que que hubo de ejercer cierta influencia algún tipo de alquimia relacionada con la sangre menstrual de las sacerdotisas.
Las influencias asirias en la segunda mitad del II milenio alteraron la iconografía de Lilith, y en las posteriores leyendas asirias, aparece representada al lado de los reyes sosteniendo en sus manos la vara y el anillo de la autoridad regia, flanqueada por el Pájaro de la Sabiduría y el Léon, señor de las bestias.
La relación de Lilith como diosa del viento con el universo de la femeneidad clásica parece pues asentado, pero ¿qué relación guarda con la iconografía de la Lilith que aparece en el Talmud hebreo y los escritos bíblicos? A esta pregunta trataré de dar respuesta en las próximas entradas.

El mito de Lilith


En una de esas interminables discusiones que surgen en la cafetería de la facultad, había logrado convencer a mis compañeros de que existía una explicación racional de las persecuciones de las mujeres acusadas de brujería en la Europa Moderna. Cuando pensaba que había salido al paso de todas las objeciones imaginables un compañero preguntó "¿esta explicación guarda relación con el mito de Lilith y la sumisión de Eva en el Génesis bíblico?.
Ante las miradas expectantes de los restantes compañeros que no habían oído hablar del mito de Lilith, del Talmud hebreo y de decenas de novelas góticas y juegos de rol que toman a Lilith como la vampira originaria de todos los clanes vampíricos me ví obligada a explicar su historia, su mito o su leyenda, porque ¿qué fue realmente Lilith? ¿Una Eva primigenia? ¿Una reinvención hebrea que explica el origen de la mujer como un ser impuro por su propia naturaleza? ¿Una caja de Pandora que abre las puertas de lo prohibido? A esta y otras preguntas intentaré dar respuesta en La Estirpe de Lilith.