lunes, abril 24, 2006

La Condesa de Bathory

En la mentalidad de la Edad Media el mundo conocido estaba habitado por seres corpóreos, tangibles y susceptibles de conocimiento, mientras que el mundo desconocido estaba lleno de seres de naturaleza inexplicable. Lo real y lo fantástico se confundían en la conciencia colectiva a través de la iconografía teratológica de los lugares sagrados (gárgolas en las fachadas de las iglesias y seres diabólicos en los capiteles) que reafirmaba la existencia de seres monstruosos causantes de todos los fenómenos inexplicables desde un punto de vista racional. Entre los seres fantásticos que inundaban la mentalidad colectiva en la Europa de finales de la Edad Media destacan especialmente las relativas a los vampiros, licántropos y seres demoníacos. ¿Cual es la imaginería vampírica de la Edad Media?

Ya hemos visto en anteriores entradas que las primeras referencias a seres lascivos que se alimentan de sangre humana surgen en la tradición clásica de la mano de las arpías, estriges y empusas, sin embargo, será a finales de la Edad Media cuando estos mitos ocupen un lugar central en la conciencia colectiva bajo la denominación de "vampiros". Las leyendas vampíricas, especialmente arraigadas en Europa Oriental, concebían a los vampiros como seres no muertos que se alimentaban de la sangre de los vivos para permanecer en un estado de inmortalidad hasta el fin de los tiempos. La iconografía vampírica medieval perfilaba a los vampiros como seres de aspecto monstruoso, repulsivo y de aliento fétido, hasta que la literatura de las últimas décadas del siglo XVIII comienza a envolver la figura del vampiro de un halo de romanticismo decadendente que ve en su naturaleza un compendio de erotismo y voluptuosidad.

El relato gótico Wake not the Dead de Johann Ludwick Tieck publicado en el año 1800 recuperó la figura del vampiro de las oscuras leyendas medievales y sentó las bases de la nueva imagen del vampiro taciturno y seductor que popularizaron unos años más tarde Polidori en el relato El Vampiro (1816), James Rymer en Varney el Vampiro (1845) y sobre todo Sheridan Le Fanu quien, deprimido tras la prematura muerte de su esposa, publica en 1855 la magnífica obra Camilla, mostrándonos por primera vez la figura de la mujer vampira, sensual y evocadora, rompiendo la imagen antropomórfica de las arpías, estriges y empusas para acercarnos a la figura de Lilith. Cuando Bram Stoker publica Drácula (1888) la presencia del vampiro moderno ya es una constante en la novela gótica.

¿Cual es el primer referente histórico de las leyendas vampíricas? Las fuentes históricas nos hablan de la existencia de una familia noble que logró controlar amplios dominios señoriales en una región central de Transilvania, la familia Bathory, uno de cuyos antepasados había combatido contra los turcos junto al voivoda Vlad Tépes (figura histórica que inspiró el personaje de Drácula de la novela de Bram Stoker). En el siglo XVII una de las mujeres del linaje, Erzsébet Bathory, sumió en el terror a los campesinos de los territorios transilvanos debido a su gusto desmesurado por la sangre de las jóvenes doncellas hasta el punto de ser conocida por el sobrenombre de "La Condesa Sangrienta".

Las fuentes históricas nos muestran a Erzsébet Bathory como una mujer tan obsesionada con su imagen pública que no dudaba en cambiar de peinado y ropajes hasta seis veces al día y pasar largas horas frente al espejo en busca de los primeros signos de vejez. Tras la muerte de su marido, Ferencz Nadasdy, Erzsébet descubrió el supuesto poder rejuvenecedor de la sangre de la manera que sigue. Una de sus doncellas estaba peinándole el cabello cuando le tiró sin querer un pequeño mechón provocando un gran enojo en la condesa quien reaccionó abofeteando a la sirvienta con tanta fuerza que le ocasionó una leve hemorragia nasal. La sangre brotó y fue a dar en alguna parte de la piel de la condesa, quien creyó notar un mejoramiento asombroso del cutis allí donde se había posado la gota de sangre. A partir de aquel momento dedicó gran parte de su vida a su pasatiempo favorito: tomar baños de sangre para evitar el envejecimiento de la piel.

Con la ayuda de un herrero bien pagado y amedrentado, la condesa forjó en secreto la herramienta necesaria para tal afición: una jaula cilíndrica de láminas de hierro sujetas por aros y cuyo interior estaba provisto de pinchos acerados. Llegada la ocasión y siempre de noche, comenzaba el sangriento pasatiempo de la condesa. La asistente Dorkó hacía descender por la escalera del sótano a una joven doncella completamente desnuda a la que arrastraba de la pesada cabellera y la introducía en la jaula que inmediatamente era elevada hasta el techo abovedado con ayuda de una polea. En ese instante aparecía la condesa Erzsébet que, vestida de lino blanco, se introducía en una pequeña tina situada bajo la jaula. Tomando un atizador , Dorkó comenzaba a golpear a la prisionera quien, en sus movimientos de retroceso, caía violentamente contra los pinchos que rodeaban el interior de la jaula haciendo manar su sangre hacia la tina de la condesa. Cuando la joven se desangraba hasta la muerte, la sirvienta Kateline lavaba el sótano de los restos de sangre y la condesa recogía con la mano los pliegues ensangrentados de su vestido, ordenaba que le alumbraran el camino y volvía a su habitación.

Pero el tiempo pasaba y la condesa envejecía. Pensando que la causa de su envejecimiento se debía al origen plebeyo de sus víctimas, Erzsébet comenzó a invitar al castillo a las hijas de la baja nobleza pero en esa decisión encontró los límites del sistema feudal. El propio rey de Hungría, Matías Habsburgo, ordenó detener las extravagancias de la condesa e instruirle un juicio al que Erzsébet se negó a asistir amparándose en sus prerrogativas nobiliarias. Sus sirvientas fueron torturadas y quemadas. La condesa fue condenada a habitar en una habitación tapiada de su castillo en la que el único contacto con el exterior era un pequeño orificio por el que se le pasaba alimento. La Condesa Sangrienta murió en 1614.

A pesar de la relevancia que alcanzó Erzsébet Bathory en el siglo XVII, el personaje que más ha calado en las leyendas vampíricas es Vlad Tépes, el mítico Drácula de Bram Stoker, del que hablaré en posteriores entradas.

lunes, abril 17, 2006

Lilith y la demonología vampírica.

La evolución iconográfica de Lilith desde los relieves sumerios hasta los escritos bíblicos se caracteriza por la adquisición sucesiva de características lascivas, nocturnas y sangrientas, que culminan con la imagen de la Lilith hebrea convertida en un ser demoníaco que se alimenta de la sangre de los recién nacidos. La atracción de Lilith por la sangre acabó convirtiéndose en su rasgo definitorio, y la imaginería vampírica de la Edad Media asimiló a la diosa sumeria con los seres vampíricos hasta el punto de ser considerada la primera mujer vampira. ¿Cual es el origen mitológico de los vampiros y que relación mantienen con Lilith?
Las primeras referencias a mujeres lascivas que se alimentan de sangre humana aparecen en la tradición clásica. Emparentadas con las arpías, mujeres con cuerpo de ave y garras afiladas que raptan a recién nacidos, de las que nos hablan entre otros Homero, Petronio y Apuleyo, hallamos a las estriges. Tanto Ovidio (Fastos 6, 131-138) como Petronio (El satiricón, 63-64) nos describen a las estriges, fruto de la unión de hombres y arpías, como mujeres aladas con garras de rapaces que se alimentan de la carne y la sangre de los recién nacidos. Aunque la iconografía de las estriges es muy diferente a la imagen de Lilith y de la Lamia griega, de la que ya hemos hablado en anteriores entradas, todas ellas comparten su caracter lascivo y devorador de recién nacidos.
Ahora bien, de estos seres sangrientos, cabe destacar particularmente la figura de la Empusa, un demonio femenino asociado a la diosa Hécate (diosa griega del alma de los muertos), que se alimentaba de la sangre de los hombres tras haberlos seducido bajo una apariencia de hetera o bella doncella. Al parecer, esta leyenda de la Empusa fue llevada a Grecia desde Palestina, donde se la consideraba hija de la Lilith hebraica con la que comparte numerosas similitudes. Uno de los primeros autores en aludir a la Empusa es Aristófanes, quien en su obra Las ranas, la presenta como una fiera con el rostro en llamas que adopta múltiples formas, entre ellas la de una bella mujer que logra seducir a los hombres y alimentarse de su sangre. Aunque será Flavio Filóstrato quien, en Vida de Apolonio, nos ofrece la imagen más detallada de la Empusa:
"Una vez que pasaron el Caúcaso, afirman que vieron hombres de cuatro codos que eran ya negros, y otros de cinco codos, cuando pasaron el río Indo. En el camino hasta este río encontraron digno de referencia lo siguiente: caminaban bajo una luna brillante y se les presentó la aparición de una empusa, que se vuelve ya una cosa, ya otra, y que desaparece. Apolonio advirtió lo que era, así que se puso a insultar a la empusa él mismo y encargó a los que iban con él que hicieran lo mismo, pues este es el remedio contra tal irrupción. La aparición se dio a la fuga chillando como los fantasmas."
De la mano de este autor conocemos también a la Empusa de Corinto, que sin duda será una influencia decisiva en la configuración posterior de los vampiros como ya ha señalado la autora Pilar Pedraza en varias ocasiones. En este sentido, Filóstrato refiere (libro 4.25) cómo Apolonio vence a dicha aparición. De ella se nos dice que es fenicia, vive en un arrabal de Corinto y que ha seducido al joven filósofo Menipo de Licia con quien pretende casarse. Al banquete de boda asiste, entre otros invitados, Apolonio, quien revela que la “buena novia es una de las empusas”, y al desenmascararla logra que todo se desvanezca en un instante:
"Cuando las copas de oro y lo que parecía plata demostraron ser cosas vanas y volaron todas de sus ojos, y los escanciadores, cocineros y toda la servidumbre de esta jaez se esfumaron al ser refutados por Apolonio, la aparición pareció echarse a llorar y pedía que no se la torturara ni se la forzara a reconocer lo que era. Al insistir Apolonio y no dejarla escapar, reconoció que era una empusa y que cebaba de placeres a Menipo con vistas a devorar su cuerpo, pues acostumbraba a comer cuerpos hermosos y jóvenes porque la sangre de éstos era pura."
La mayor parte de los rasgos que presentan las arpías, estriges y empusas son heredadas del mito hebraico de Lilith que la concibe como un ser nocturno, lascivo y devorador de niños ante la maldición divina que la condena a ver morir cientos de sus hijos cada día. La mayoría de los historiadores y antropólogos coinciden en señalar que tanto los seres anteriormente mencionados como los vampiros que caracterizan gran parte de la demonología de la Edad Media tienen su origen en el mito de Lilith. Incluso la concepción medieval de la estirpe cainita que concibe a Caín y sus descendientes como el primer clan vampírico al descender de Lilith tiene su origen en la iconografía hebrea de Lilith. De la imaginería vampírica de la Edad Media, de los aspectos históricos del vampirismo y de la figura de Vlad Tepes (vaivoda de Valaquia que inspiró el personaje de Drácula de la novela de Bram Stoker) hablaré en posteriores entradas.

viernes, abril 07, 2006

El Evangelio de Judas Iscariote

La National Geografic Society y el Instituto Waitt de Descubrimientos Históricos de California nos han sorprendido con un hallazgo arqueológico que, a la espera de nuevos datos, algunos historiadores se han apresurado a comparar en importancia con los manuscritos del Mar Muerto y de Nag Hammadi.

Aunque el manuscrito se ha hecho público esta semana, su hallazgo se remonta a mediados de la década de los 70 cuando unos campesinos egipcios lo encontraron casualmente en una tumba de piedra caliza en Al-Minya, a orillas del Nilo. El papiro fue sacado ilegalmente de Egipto y permaneció durante casi dos décadas guardado en un banco de Long Island, en Nueva York, sin que nadie reconociera la importancia del hallazgo que aún no había sido sometido a pruebas de datación. Pero en el año 2002 lo compró la fundación suiza Maecenas Foundation for Ancient Art, que financió la restauración del papiro y llegó a un acuerdo con la National Geografic Society y el Instituto Waitt de Descubrimientos Históricos de California.

Los análisis de Carbono-14 datan el manuscrito en torno al año 300 y, aunque está escrito en copto, la antigua lengua de los cristianos egipcios, los historiadores consideran que es una traducción de un texto griego del año 187. El Tratado Contra la herejía del obispo Irineo de Lyon publicado en el año 180 ya mencionaba la existencia de un evangelio de Judas Iscariote que narraba, en palabras de Irieno de Lyon, "el relato secreto de la revelación que Jesús hizo en conversaciones con Judas Iscariote una semana antes de que celebrasen la Pascua".

El manuscrito contiene 26 páginas de las que únicamente han trascendido pequeños fragmentos que muestran a un Judas muy alejado de la imagen de "traidor" que proporcionan los textos bíblicos. Algunos de los fragmentos filtrados son los siguientes:
"Tú serás el apóstol maldito por todos los demás. Tú, Judas, ofrecerás el sacrificio de este cuerpo de hombre del que estoy revestido(...) Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos".
"Y le dijeron: 'Aunque en este lugar no hagas el bien, eres un auténtico discípulo de Jesús'. Y él les dijo lo que querían oír. Y lo entregó. Este es el fin del Evangelio de Judas".
No es la primera vez que se ha lanzado la hipótesis de que Judas actuó por indicación de su maestro al venderlo con un beso, ya que los evangelios apócrifos apuntan en esta dirección. Sin embargo, se trata del primer documento antiguo que defiende esta visión. ¿Es plausible lo que dice? Craig Evans, profesor de Nuevo Testamento de Acadia Divinity College de Canadá, recuerda que en el Nuevo Testamento, Jesús solicita peticiones a dos de sus discípulos en dos ocasiones, y se pregunta si su entrega a las autoridades judías por parte de Judas no sería una tercera. "Es posible que la petición de Jesús a Judas Iscariote fuera desconocida por los demás apóstoles". Además, como señala Elaine Pagels, profesora de la Universidad de Princeton de EE.UU, "los cuatro Evangelios aceptados por el canon cristiano relatan los actos públicos de Jesús, pero no conversaciones privadas".

Quién lo escribió es otro misterio. En ningún lugar se dice que fuera Judas, pero eso no debería hacer dudar de su veracidad, pues la autoría de los Evangelios del Nuevo Testamento tampoco está asegurada. "La mayoría de los textos son escritos en nombre de los discípulos, pero es muy poco probable que ellos fueran los autores pues se escribieron entre unos 50 y 80 años después de la muerte de Jesús", como afirma Marvin Meyer, profesor de la Universidad Chapman de California.

En cualquier caso, la publicación integra del manuscrito y las conclusiones de su estudio en las próximas semanas arrojarán más luz sobre el hallazgo.

lunes, abril 03, 2006

A la sombra de Eva


Qué papel juega Lilith en las Sagradas Escrituras cristianas? El Antiguo Testamento menciona a Lilith sólo en una ocasión, sin embargo, las contradicciones del génesis bíblico, la aparición de Eva y la caída de Caín nos permiten identificar la influencia de Lilith en numerosos versículos bíblicos.
El siguiente pasaje bíblico es el único que menciona explícitamente a Lilith. El versículo Isaías 34,14 narra la destrucción de la ciudad de Edom hasta quedar reducida a escombros y convertirse en un lugar de oscuridad donde"gatos salvajes y hienas se darán cita, y los sátiros se reunirán; y también allí se tumbará Lilith y encontrará su lugar de reposo." Las notas a pie de página evitan toda referencia a Lilith como primera esposa de Adán, pero nos muestran la iconografía clásica de la Lilith primigenia que hemos analizado en comentarios anteriores al señalar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, lascivo y nocturno".

Algunos de los escritos bíblicos que nos permiten intuir la presencia oculta de Lilith son los relativos al Génesis donde se aprecia una notable contradicción. El pasaje Génesis 1,27 señala: "Y Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó. Y Dios los bendijo diciendo, sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla". De este pasaje se desprende que la creación del hombre y la mujer se hizo a imagen y semejanza de Dios, siendo ambos iguales al ser creados al mismo tiempo. Sin embargo, el pasaje Génesis 2,21 narra: "Entonces Yavhé Dios hizo caer sobre el hombre un sueño letárgico, y mientras dormía tomó una de sus costillas, reponiendo carne en su lugar; seguidamente, de la costilla tomada formó Yavhé Dios a la mujer y se la presentó al hombre, quien exclamó, ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne, ésta será llamada varona, porque del varón ha sido tomada". Especialmente reveladora es la frase de Adán "ésta sí que es hueso de mi huesos, y carne de mi carne". ¿Existió otra mujer anterior que no era hueso de sus huesos y que fue creada de la tierra y el polvo?

Otro pasaje que puede ilustrar la influencia de Lilith en los escritos bíblicos es el referido a la caída del Edén. El Génesis 3,1 señala: "La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que hiciera Yavhé Dios". En muchas tradiciones clásicas como las sumerias o las asirias la serpiente era objeto de culto como diosa de la fecundidad, aunque la posterior iconografía hebrea estableciera una correlación entre los ofidios y Lilith como símbolo de la decadencia y la expulsión del Edén. Las escrituras bíblicas retoman la iconografía hebrea de Lilith y la presentan en el jardín del Edén como una mujer mitad humana mitad serpiente enrroscada en el Árbol del Bien y del Mal tentando a Eva, la nueva mujer de Adán. Tal vez la iconografía más conocida sea la que ilustra la Capilla Sixtina del Vaticano y que reproduzco en el margen superior izquierdo.

En este punto, es llamativo resaltar que el Talmud hebreo señala a Samael, el ángel que se rebeló contra Yavhé y cayó derrotado al abismo, como esposo de Lilith. Ambos concibieron, durante su estancia el Mar Rojo, tres hijos o lilims -seres medio humanos, medio demoníacos-. De este modo, si tomamos como punto de partida la tradición hebrea, la caída del Edén no sería sino un esfuerzo conjunto entre Lilith y Samael (Lucifer en la tradición cristiana) quienes actuaban como cuerpo y voz de la serpiente respectivamente. Pero, ¿qué motivos llevan a ambos a desear la caída edénica? Lilith esperó la llegada de Eva para vengar la maldición divina que la condenaba a ver morir a cientos de sus hijos cada día, mientras que Samael deseaba humillar la obra de Yavhé desde su expulsión al Abismo. Pero la venganza de Lilith se entiende mejor si analizamos la figura de Caín.

Algunos autores como Robert Graves vinculan la figura de Caín con la sangre, el sacrificio, la inmortalidad y la presencia de Lilith y Samael. Tras la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, la mujer engendró un varón como narra el pasaje Génesis 4,1: "La mujer concibió y parió a Caín diciendo, he tenido un hombre gracias a Yahvé". Graves señala la importancia de que Caín, el primer homicida en palabras bíblicas, naciera tras la aceptación del fruto prohibido por parte de Eva, y sugiere que su nacimiento respondería a la venganza de Lilith para que Eva viera morir a uno de sus hijos, Abel, tal y como ella veía morir a sus hijos día tras día. Graves incluso va más allá al asegurar que Caín seríafruto de Eva y Samael, y no de Adán, ya que el pasaje Génesis 5,1 enumera la lista de los descendiente de Adán pero presciende de Caín y su estirpe cainita.

De todas formas, uno de los mayores enigmas de la historia de Caín sea, ¿por qué Yahvé maldijo a Adán y a Eva quitándoles la inmortalidad y a Caín defendiéndolo de la muerte?. Tras el asesinato de Abel, el pasaje Génesis 4,12 narra: "Caín andarás errante y vagabundo sobre la tierra ... y si alguien matara a Caín, será éste vengado siete veces". Sólo tras el nacimiento de su primogénito Henoc, Yavhé permitió a Caín descansar de su vida de vagabundo errante y construir una ciudad llamada Henoc donde se crió la estirpe cainita. Pero ésta es otra historia...