jueves, julio 13, 2006

Arte y Mitología

Tras varias entradas relacionadas con la demonología y la escatología en la Edad Media, hoy os propongo trasladaros a la antigüedad clásica para resolver una nueva adivinanza relacionada con el arte y la mitología. ¿Qué tema mitológico representa la imagen del margen superior izquierdo?

La escena muestra una sugerente escena rescatada de la mitología clásica gracias a la obra de un renombrado artista perteneciente a uno de los movimientos británicos más reaccionarios de la segunda mitad del siglo XIX. Dicho movimiento pictórico transformó profundamente la concepción inglesa del paisajismo durante la segunda mitad del siglo XIX al trasladar la realización de sus obras de los talleres a los entornos naturales en los cuales los autores lograron empaparse de la experiencia multisensorial de la naturaleza y plasmarla con grandes dosis de virtuosismo en sus obras. La realización de las obras en plena naturaleza, un medio de creación pictórica que recuperaría con posterioridad el movimiento impresionista, fue en última instancia una reacción contra la rigidez academicista que frenaba la creatividad de unos autores preocupados ante todo por la recuperación de los mitos clásicos y bíblicos y el romanticismo medieval.

El autor de esta obra pictórica, discípulo de un destacado autor que comparte su nombre con uno de los mayores autores de la literatura universal, se diferencia de otros autores del mismo movimiento en que carecía de los fuertes ideales sociales de éstos, si bien, rodeó a sus obras de un halo de profundo romanticismo que pretende representar un mundo de ensueño alejado de los avances negativos de la industrialización.

El mito clásico que ilustra este autor ha llegado a nosotros gracias a los escritos de un destacado autor clásico al que se le atribuyen numerosas amantes y que resaltó los detalles de sus romances en una serie de poemas que hablan de las diversas fases por las que pasaron sus relaciones con una de sus tres mujeres que posiblemente encarnaba la síntesis de varias amantes. Esta serie de poemas abrirían su carrera como escritor llegando a alcanzar con sus obras posterioriores un lugar de honor en la tradición clásica.

El protagonista del mito era tan experto en los oficios artísticos que llegó a competir en habilidad con un otro célebre artista mitológico que se salvó de una muerte segura dictada por un avaricioso y pretencioso monarca gracias a su ingencio y su habilidad artística. Sin embargo, la vida del protagonista de nuestro mito no se sentía saciado con el reconocimiento de su arte y dedicó todos sus esfuerzos a la búsqueda de una obsesión que a punto estuvo de llevarle a la locura sino hubiera intercedido en el momento preciso la voluntad de los dioses.

¿De qué episodio mitológico estamos hablando?

viernes, julio 07, 2006

La escatología en la Baja Edad Media

En esta nueva entrada me voy a centrar en la escatología, término derivado del griego "eschatos", que se refiere a un conjunto de creencias relativas al fin del mundo y de la existencia humana, uno de los grandes temas presente en todas las religiones y fuertemente arraigada en la memoria popular y la leyenda, donde forma un poso de pesimismo en el que se mezcla miedo, violencia y destrucción ligada a la literatura profética y apocalíptica.

Escritores apocalípticos como Enoc (Libro de los Jubileos), Baruc (Testamento de los Doce Patriarcas), Ezra y otros visionarios, profetas e iluminados, mediante la utilización de un lenguaje críptico y lleno de símbolos, difundieron antes que el evangelista Juan una idea de devastación final en la que los pecadores encontrarían la pena eterna. El concepto mesiánico lo incorporó Juan en el Apocalipsis ("revelación" en griego), obra fundamental de la que arrancan las señales que preceden a la batalla de Dios y Satán, la apertura del séptimo sello que derramará sobre la tierra desgracias y plagas de todo tipo, la fiera que surge del mar con diez cuernos y siete cabezas que representa al Anticristo, la resurrección universal de los muertos, el establecimiento del reino anunciado y el retorno de Dios a la tierra para vivir entre los hombres. A esto habría que añadir la influencia de la tradición semítica como el Libro de Daniel en el que ya encontramos el paradigma de lo que será la fantasía central de la doctrina escatológica: el mundo dominado por un poder maligno y tiránico con un poder de destrucción ilimitado cuya tiranía causará un sufrimiento insoportable entre sus víctimas hasta que suene la hora en que los siervos de Dios puedan levantarse para destruirlo.

La edad moderna vino precedida de una fuerte dimensión escatológica que hundía sus raíces en el medievo y que era conocida a través de una profusa literatura apocalíptica que, junto con la imaginería del arte medieval, mantuvo aterrorizada a la población que muy pronto vería plasmarse en la realidad todo un cúmulo de catástrofes y calamidades que atenazaron Europa en la baja edad media: la peste negra, el gran cisma de la iglesia, la Guerra de los Cien Años y la caída de Constantinopla fueron acontecimientos vividos como terrores apocalípticos e interpretados en la mentalidad colectiva como castigos inflingidos a los hombres por sus pecados y que culminarían con la llegada del Apocalipsis descrito por Juan.

La escatología cristiana gira fundamentalmente en torno a los conceptos de milenarismo, el fin del mundo, el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos. Véamos en esta entrada los dos primeros. La doctrina milenarista está basada en la creencia de un reino intermedio entre la Creación y el fin del mundo que se materializaría en la tierra bajo el reinado de Dios durante mil años, periodo en el que los hombres disfrutarían de su compañía en un estado de felicidad completa. La idea del advenimiento del Mesias procedente del Libro de las Revelaciones destilaba dosis de optimismo convirtiéndose en una utopía más, en la tradición de los mitos del eterno retorno a la edad dorada -en este caso simbolizada en el perdido Paraíso Terrenal- pero se tornó pesimista cuando los hombres de la iglesia hicieron excesivo hincapié en las desgracias y catástrofes detalladas por Juan que precederían al establecimiento de dicho reino.

En el medievo la iglesia cristiana quiso desterrar la doctrina milenarista y así lo intentó San Agustín en sus obras, pero a pesar de los intentos la tradición se mantuvo fuertemente arraigada en la religiosidad popular siendo particularmente interiorizada por los no privilegiados, los oprimidos y los movimientos de carácter herético. Las crisis religiosas del siglo XV encontraron un fermento de rebeldía y radicalidad que originó diversos movimientos, fundamentalmente en el sacro imperio germano, que pretendían preparar la inminente llegada de Cristo a la tierra. Por ejemplo, el movimiento anabaptista que intentó transformar la ciudad de Münster en la Nueva Jerusalén, o el levantamiento de Thomas Münzter y su Liga de los Elegidos que provocaron la guerra de los campesinos de 1525 como etapa preparatoria para la llegada de Cristo.

El fin del mundo es el tema principal de la escatología y está presente en todas las religiones, incluido el cristianismo. El Apocalipsis de San Juan muestra la destrucción del mundo, la resurrección de los muertos, el retorno de Dios a la tierra y la división del mundo entre salvados y condenados. Partiendo de un profundo pesimismo sobre el destino de los hombres, presuponía la idea de un Dios justiciero y riguroso que desplegaría su venganza sobre la humanidad pecadora con toda crudeza. Esta división entre salvados y condenados radicalizó las creencias religiosas y las supersticiones en la Edad Media provocando conductas irracionales que llevaron a miles de personas a ser condenadas por realizar supuestos pactos con el diablo y ser consideradas brujas y hechiceras.

En la próxima entrada analizaré los demás factores que integran la escatología tales como el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos.