viernes, julio 07, 2006

La escatología en la Baja Edad Media

En esta nueva entrada me voy a centrar en la escatología, término derivado del griego "eschatos", que se refiere a un conjunto de creencias relativas al fin del mundo y de la existencia humana, uno de los grandes temas presente en todas las religiones y fuertemente arraigada en la memoria popular y la leyenda, donde forma un poso de pesimismo en el que se mezcla miedo, violencia y destrucción ligada a la literatura profética y apocalíptica.

Escritores apocalípticos como Enoc (Libro de los Jubileos), Baruc (Testamento de los Doce Patriarcas), Ezra y otros visionarios, profetas e iluminados, mediante la utilización de un lenguaje críptico y lleno de símbolos, difundieron antes que el evangelista Juan una idea de devastación final en la que los pecadores encontrarían la pena eterna. El concepto mesiánico lo incorporó Juan en el Apocalipsis ("revelación" en griego), obra fundamental de la que arrancan las señales que preceden a la batalla de Dios y Satán, la apertura del séptimo sello que derramará sobre la tierra desgracias y plagas de todo tipo, la fiera que surge del mar con diez cuernos y siete cabezas que representa al Anticristo, la resurrección universal de los muertos, el establecimiento del reino anunciado y el retorno de Dios a la tierra para vivir entre los hombres. A esto habría que añadir la influencia de la tradición semítica como el Libro de Daniel en el que ya encontramos el paradigma de lo que será la fantasía central de la doctrina escatológica: el mundo dominado por un poder maligno y tiránico con un poder de destrucción ilimitado cuya tiranía causará un sufrimiento insoportable entre sus víctimas hasta que suene la hora en que los siervos de Dios puedan levantarse para destruirlo.

La edad moderna vino precedida de una fuerte dimensión escatológica que hundía sus raíces en el medievo y que era conocida a través de una profusa literatura apocalíptica que, junto con la imaginería del arte medieval, mantuvo aterrorizada a la población que muy pronto vería plasmarse en la realidad todo un cúmulo de catástrofes y calamidades que atenazaron Europa en la baja edad media: la peste negra, el gran cisma de la iglesia, la Guerra de los Cien Años y la caída de Constantinopla fueron acontecimientos vividos como terrores apocalípticos e interpretados en la mentalidad colectiva como castigos inflingidos a los hombres por sus pecados y que culminarían con la llegada del Apocalipsis descrito por Juan.

La escatología cristiana gira fundamentalmente en torno a los conceptos de milenarismo, el fin del mundo, el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos. Véamos en esta entrada los dos primeros. La doctrina milenarista está basada en la creencia de un reino intermedio entre la Creación y el fin del mundo que se materializaría en la tierra bajo el reinado de Dios durante mil años, periodo en el que los hombres disfrutarían de su compañía en un estado de felicidad completa. La idea del advenimiento del Mesias procedente del Libro de las Revelaciones destilaba dosis de optimismo convirtiéndose en una utopía más, en la tradición de los mitos del eterno retorno a la edad dorada -en este caso simbolizada en el perdido Paraíso Terrenal- pero se tornó pesimista cuando los hombres de la iglesia hicieron excesivo hincapié en las desgracias y catástrofes detalladas por Juan que precederían al establecimiento de dicho reino.

En el medievo la iglesia cristiana quiso desterrar la doctrina milenarista y así lo intentó San Agustín en sus obras, pero a pesar de los intentos la tradición se mantuvo fuertemente arraigada en la religiosidad popular siendo particularmente interiorizada por los no privilegiados, los oprimidos y los movimientos de carácter herético. Las crisis religiosas del siglo XV encontraron un fermento de rebeldía y radicalidad que originó diversos movimientos, fundamentalmente en el sacro imperio germano, que pretendían preparar la inminente llegada de Cristo a la tierra. Por ejemplo, el movimiento anabaptista que intentó transformar la ciudad de Münster en la Nueva Jerusalén, o el levantamiento de Thomas Münzter y su Liga de los Elegidos que provocaron la guerra de los campesinos de 1525 como etapa preparatoria para la llegada de Cristo.

El fin del mundo es el tema principal de la escatología y está presente en todas las religiones, incluido el cristianismo. El Apocalipsis de San Juan muestra la destrucción del mundo, la resurrección de los muertos, el retorno de Dios a la tierra y la división del mundo entre salvados y condenados. Partiendo de un profundo pesimismo sobre el destino de los hombres, presuponía la idea de un Dios justiciero y riguroso que desplegaría su venganza sobre la humanidad pecadora con toda crudeza. Esta división entre salvados y condenados radicalizó las creencias religiosas y las supersticiones en la Edad Media provocando conductas irracionales que llevaron a miles de personas a ser condenadas por realizar supuestos pactos con el diablo y ser consideradas brujas y hechiceras.

En la próxima entrada analizaré los demás factores que integran la escatología tales como el Juicio Final, el Anticristo y los infiernos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola lilith tengo 22 años, te cuento un poco lo que me sucede he cambiado ya dos veces de carrera decepcionado ya que no he tenido suerte no me gustan las materias o me va mal, mis padres algo decepcionados por otra parte por mi desinterés también y mi falta de motivación.Yo me siento algo triste pero a tus texto me apasionan leer tanto así que puedo pasar horas buscando información sobre toda estos conocimientos y teorías.
Me motivo a leerte ya que goglee acerca de la lamia y como respuesta obtuve uno de tus post y blog a lo q quede muy intigada aun mas y en mi cabezas surgieron muchos otros temas a responder y buscar información del que no se m hace pesado aprender, y por esto he notado un cambio en mi ya que m sentía desinterasada por adquirir conocimientos y motivación quería consultarte que carrera universitaria me recomendarias respecto a lo que te he comentado anteriormente